Sobre el terreno y a medida que aumenta la potencia de un ciclista, la rigidez cobra un papel prioritario sobre la ligereza, de nada sirve rebajar unos gramos en un cuadro si perdemos potencia por torsión. Pero tampoco ha sido una escusa la rigidez, para intentar ser uno de los cuadros más livianos del mercado.
Entre los componentes más destacados, cabe resaltar la nueva transmisión Shimano XTR con dos platos, sus diez piñones garantizan disponer de un amplio, rápido y preciso desarrollo en todo momento. Me ha gustado en especial, la rapidez con la que se puede cambiar de plato, aunque esta transmisión esta pensada para abusar del plato grande, ya que este permite abordar la mayor parte de los desniveles habituales en competición.
Los frenos también XTR, de un acertadísimo diseño, han ganado en potencia, tanta que hemos optado por reducir el diámetro de los discos, montando unos ligeros discos Ashima 160 delante y 140 detrás.
Me ha gustado el tacto de la nueva Sid, es mucho más tragona que la del año pasado, el bloqueo hidráulico en la mano izquierda requiere de un cierto periodo de adaptación, desbloqueado es apretado y bloqueado suelto.
Las ruedas, hemos confiado un año más en las SLR de Mavic, seguramente las ruedas más fiables del mercado. Tienen un rodar correcto, peso contenido y rigidez suficiente para la practica del XC.
Los pedales Time, son excelentes en barro, elemento en el que ocasiones nos movemos y que puede hacerte perder mucho tiempo, si te ocasiona problemas para calar al cabalgar y descabalgar continuamente de la bici.
Los neumáticos Hutchinson elegidos son, el Cobra para la rueda delantera y el incombustible Python para la trasera, los Toro los reservamos para circuitos de mucho barro. Disponiendo de diferentes compuestos que elegiremos según las necesidades, estos oscilan entre fiabilidad y ligereza.
Sillín Selle Italia SLR y componentes de carbono Orbea, en tija, potencia y manillar forman el resto del equipamiento.
Sobre la bici y una vez puesta en medidas, me gusta ir un poco alto y adelantado de sillín y con la potencia baja. La sensación es de extrema suavidad, imagino que resultado, de la posición agresiva con la finura de rodamiento de los cojinetes y neumáticos. La Orbea Alma, acelera al menor golpe de pedal, parece que coge velocidad solo con insinuárselo, no siento flexión alguna que distorsione la aceleración, bajo piñones y exprimo hasta ver donde llega. Esta acelera y acelera, he acabado los piñones y se va dibujando en mi cara una sonrisa maligna y perversa, como la de un niño con su primer tirachinas, consciente de las mil diabluras de las que esta nueva arma/Alma pueden hacer.
Ufff, la euforia hace que lleve un ritmo endiablado que rápidamente me hace pasar factura, la respiración se acelera y empieza a brotar el sudor. Es una bici que incita a sacar el lado más agresivo y este hay que contenerlo para no morir en el empeño.
Me adentro en el primer sendero y la bici se mueve con gran soltura, es cierto que juego con ventaja y tengo mucha experiencia sobre esta bici. Pero parece que con la nueva orquilla va mejor, juego con el bloqueo, bloqueo y desbloqueo, apreciando que incluso bloqueado, la orquilla tienen un mínimo de recorrido que conjuntamente con presiones bajas en los neumáticos te permite ir muy rápido bloqueado. Desbloqueado y pedaleando sentado, no hay interferencia en el pedaleo. La cosa cambia si esprintas levantándote sobre los pedales, hundiéndose la orquilla al compás de las pistonadas. El bloqueo hidráulico facilita la acción y hay no hay que ser perezoso en estar jugando con el dependiendo del terreno y la acción.
El frenado ha ganado respecto a los XTR de la pasada temporada, ahora resulta sumamente sencillo parar la bici y bloquear la rueda trasera para ayudarte en los giros. El tener dos platos, hacen que estos estén más centrados y puedas usar todos los piñones con el plato grande, el resultado es que te olvidas de cambiar de plato y solo utilices el pequeño para pasos o desniveles comprometidos. Incluso seria factible dependiendo del circuito ir con un solo plato. Pero para eso, es necesario estar muy en forma y en estas alturas de temporada no es el caso.
Los neumáticos Python y Cobra con sus anchos balones, ayudan a la comodidad del ciclista, las pequeñas irregularidades quedan absorbidas por estos y muestran una finura de rodamiento muy buena. La adherencia en terrenos de piedras y raíces húmedas es también buena, ya que sus pequeños tacos parecen que se grapen al terreno. Su punto débil, es el terreno suelto, ya sea seco o barro. Sus pequeños tacos que tan bien van en otros terrenos, aquí son insuficientes para clavarse y escarbar sobre el terreno, produciendo una sensación como de flotar sobre el terreno. Esto hace que tengas que ser muy fino en la conducción sobre este terreno o buscar apoyos para poder dar cambios de giros con rapidez.
El manillar este año es de 61cm, te permite incorporar acoples sin que los puños queden muy cerrados. Personalmente me gustan los manillares anchos, me dan mayor seguridad bajando, aunque hay que tener cuidado en los senderos y en los posibles enganchones con la vegetación.
Afortunadamente en esta vida, hay tantos gustos como personas y aquí solo puedo dar mi opinión. La Orbea Alma, me resulta muy atractiva, con líneas robustas y cambiantes, con ángulos y personalizaciones como su patentado tubo diagonal o el guiado de los cables. Es una bici diferente atractiva en cualquiera de los colores que se comercializa.
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