Pero aun después de hacer muchos kilómetros y parte de estos muy sinuosos, la recompensa valió la pena.
Circuito:
Realizado para la ocasión, eso significa que hay que rodarlo y que solo el paso de los corredores irá haciendo de este un circuito cada vez más ciclable.
Se caracterizaba por tres sectores:
El primero, alternaba pistas de gran dureza con pequeños tramos de sendero que te llevaban al punto más alto del circuito, que estaba marcado por el paso de un pequeño puente, que entrañaba más peligro que dificultad.
El segundo sector, se componía de una bajada en la que no existía una trazada clara, con muchas piedras y socavones, en la que muchos de los participantes probarían el suelo.
En medio de la bajada una losa que obligaba a bajarse de la bici y con cuidado sortearla.
Antes de finalizar la bajada se cruzaba nuevamente el río, aquí sin ninguna ayuda te lanzabas a él, rezando no tropezar y caer, cosa que preocupaba más por la posibilidad de que la corriente te lanzara río abajo, que por hacer una inmersión en sus frías aguas. Al final resultó relativamente sencillo cruzarlo y no existió ningún incidente.
Para terminar el segundo sector que llevaba hasta contra meta, un eslalon en pradera que resultaba tan impresionante como deslizante.
El tercer sector, empezaba con un tramo de subida en zigzag, con alguna parte resbaladiza, gran parte sobre hierba que hacia subir rápidamente de cota.
Una vez arriba, trialera muy inclinada y que la lluvia complicó en exceso. Para colmo finalizaba en un sendero contra peraltado que a mi (Salamero) se me atragantaba.
Resumiría como circuito técnico y duro.
Carrera vista por Salamero:
Salida a las 11 h. Única carrera y separadas las categorías por un minuto. No son muchos los corredores, pero si hay mucha calidad en las parrillas.
La salida es más tranquila que otras ocasiones, tal vez por ser cuatro vueltas y la dureza del circuito hacen que seamos sensatos, sensatez que Asensio descarta, jugando la baza que más le gusta, apretar en salida hasta que aguante el cuerpo.
Le conozco y me olvido de él, pero parece que las piernas se aceleran a medida que este se aleja, como si mi inconsciente se negara a dejarle ir.
Pocos son los minutos que aguanta a ese ritmo, sin cambiar el mío le rebaso, no siento ninguna bici a mi rueda, pero no quiero mirar atrás, no quiero que ningún hecho me desconcentre del plan pactado, se cual es mi ritmo y si corro sin superarlo, seguro que me queda algún cartucho en caso de necesitarlo para el final. En la primera bajada, los primeros tapones al encontrarme ciclistas de otras categorías, no me quiero preocupar, la carrera es larga y si me alcanzan mis perseguidores tengo tiempo de sobras para volverme a ir, me repito una y otra vez.
Cruzo el río con cuidado, así como la bajada en eslalon.
Me cantan 15 segundos, suficientes, hago el último sector a bloque, quiero meter un poco más de tiempo, pero en una subida me engancho con un doblado y a patear...
Van pasando las vueltas y con algún que otro incidente sin importancia, voy asegurando mi puesto.
Finalizando la carrera, se pone a llover, cosa que hace el circuito más y más complicado. Llega la caída a escasos 200 metros de meta, donde más gente hay, afortunadamente no hay más heridas que mi orgullo, que subsano al levantar los brazos y llevarme este Campeonato de Cataluña.
La carrera de mis compañeros de equipo:
Borja estuvo muy bien, segundo sub23 después de un impresionante David Lozano, su fogosidad le costó alguna que otra caída.
Carlos salió fuerte, este circuito con rampas fuertes y en altura se adapta a sus condiciones, llego en la primera vuelta al final del primer sector con Borja, muy adelante, pero eso le hizo bajar delante de las fieras, teniendo que arriesgar, las caídas acabaron desconcentrándole.
El bueno de Marc, hizo su carrera, bajando seguro y rápido. Este año no pudo repetir su titulo de Campeón de Cataluña
Fotos realizadas por Andrea Salamero
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